sábado, 31 de marzo de 2012

El angel de sal y las uvas malditas


Érase una vez un ángel, que vivía en su paraíso divino, rodeado de jardines con flores de ilusión.
Sobrevolando todo el día sus rosas de rubíes aterciopelados, entonando cánticos celestiales en su lira dorada.
Con su sonrisa opalina, deslumbraba a las ninfas, que se bañaban desnudas y sin pudor, en las aguas diáfanas de las fuentes benditas.
Con sus alas acariciaba el aire, casi con melodías de violines atenuados…
Pero en su paraíso, había solo un árbol que estaba prohibido, el árbol de las uvas… menos aún, cuando estas maduraban…
Porque estaban malditas, bajo el poder de  Baco, su Dios...Toro, serpiente y hiedra, las custodiaban…
Un día, el ángel, extasiado de felicidad, pasó muy cerca del árbol de las uvas, justo cuando a éstas, más las endulzaba el sol…
Hozó tocarlas, impertinentemente con sus dedos, y fue suficiente con que una sola gota, rozara su boca, para embriagar al ángel, con su dulce veneno…exquisito éxtasis de la locura…pero maldito…
Tan maldito que el dulce ángel cayó rendido y estuvo condenado a ser esclavo del árbol de las uvas y de su dios pagano para siempre…
Y fue juzgado y excomulgado de su jardín divino y convertido en un ángel de sal…
Cayo, casi gravitando por su propio peso, su frágil estructura de sal, quebrándose en el aire, como estalactitas afiladas, clavándose en su cuerpo, que no podían soportar sus alas, se hundió en las aguas del mar, en un abismo turmalino, y se diluyo como una lagrima del cielo…
Tal vez sea por eso, que el mar lleva el sabor del ángel y sus lágrimas saladas, vivan eternamente en el dolor… y en cada ola y en cada tempestad, se oiga su lamento… por haberse hecho esclavo de las uvas envenenadas y malditas…

Bellas y Eternas Lunas
†Selene Luna Aeterna†
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12/11/2011

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