lunes, 22 de octubre de 2012

El panteón de mis esperanzas.

Fría y sombría, desgarbada en mi silueta proyectando una sombra famélica y anoréxica de cariño, caminando de puntillas y en cada paso, incrustando las astillas de mis desilusiones, en mi corazón hecho retazos, de un pasado que en partes  no recuerdo, y en otras prefiero olvidar, sepultando los cadáveres de los días sombríos, dando vueltas en el fúnebre y eterno suspiro de la noche , helada como la caricia de la muerte sobre mi espalda , danzando con crespones negros, una sinfonía de sollozos alrededor del panteón de mis esperanzas muertas, muertas de mi, muertas de ti, muertas del hoy y de un mañana arrebatado al  reloj que hiere y desangra con su minutero mi vida, incrustando sus agujas como pinzas de cangrejos que corroen mi cuerpo de arena y carne, mi presente y un futuro que se escurre como la tierra apretada en una mano que lanza su ultimo adiós al sepulcro de una vida que ya no es…
Sintiendo rondar la locura como un fantasma de voces burlonas que me invitan a suicidar palabras, en promesas deshechas arrojadas al viento que se lleva el cielo a su eterna oscuridad, donde ni una sola estrella brilla para alumbrar mi camino, donde la luna me muestra su cara mas triste en el cuarto menguante de mi vida… El Tártaro de mis desencantos, el Hades de mis padecimientos, el panteón de mis esperanzas muertas, muertas de mi, muertas de ti, muertas de todo…Donde ya  no hay más que flores marchitas a las que el tiempo les regaló dolor a cambio de su perfume y su color, pálidas y deshojadas en los jarrones del olvido, y sólo acompañadas por éstas letras, mis letras malditas…  
Miro quieta y silenciosa los escenarios de la vida, donde la gente pasa como vanas representaciones donde todo da igual, no hay sumas ni restas, muerta como mi poesía, encerrada en los cristales rajados de mi reloj de arena sin poder salir... Y casi no respiro, me ahogo en frases, palabras y letras que se ordenan sincronizadamente con el sentir de mi alma, torturada, sola, abrumada, desolada y tan pero tan purpúrea de lagrimas...  Lágrimas que ya no pueden llorarse, lagrimas de sangre que se secaron dentro de mis ojos para no ver los azotes que me infringe el mal trato de tus malos pensamientos sobre mi, tu cofradía de odio, en tanto yo, sigo ensordeciendo las voces del perjurio que ya no quiero escuchar… Un minuto de silencio que se hace eterno, un minuto de silencio que es la música inaudible de ésta sinfonía de furia blasfema contra mi, mientras muero de dolor y desilusión, quedando extenuada y sola, entumeciendo mi cuerpo, con mil sollozos contenidos en la mordaza de mi mente, reclamando un juicio justo, de que no hay maldad en mi corazón ni en mi alma... Sombras en la nocturna atmósfera  de niebla, que danzan en ronda al compás de un réquiem y se desmayan de sufrimiento, muy dentro mío, hasta quedar dormidas una vez más, en el panteón de mis esperanzas muertas…

El panteón de mis esperanzas
†Selene Luna Aeterna†
Todos los Derechos Reservados 

2 comentarios:

  1. NTONIO CAMPILLO dijo...
    Amiga Selene, ayer leí esta publicación y hoy la he vuelto a releer. Estoy tratando de descubrir y explicarte una idea que tengo de ella.
    Me gusta. Me gusta tu estilo de prosa y que enlaces unos sucesos con otros de forma tan suave y precisa.
    Espero que mañana pueda explicarte lo que pienso que será interesante.
    La música del blog es maravillosa.

    Un abrazo, Selene.

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    1. Muy buenas noches, estimado Sr. Antonio Campillo. Es muy grato que mis escritos hayan sido de su deleite. Me gustaría saber ¿Cuál es esa idea que le generó éste escrito?, sería un placer compartir y contemplar su punto de vista. Desde ya, espero se sienta cómodo en éstos muros y sin dudas es muy bienvenida su presencia y agradecida de su interés. Un fraternal abrazo. Selene.

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