domingo, 22 de julio de 2012

Silencios(Una voz que se durmió en el tiempo)

Silencios
Somos dos almas tristes, que se encontraron en éste camino,tan lejano y tan cercano a la vez …Dos corazones desvencijados por el pasado…Sé que  conforté tus aflicciones cuándo mis palabras eran la música que te sanaba el alma, y tu voz, el arrullo de una brisa que me besaba la frente aliviando mi infierno… Felices danzaban los labios al son de nuestras risas que encantaban a la noche y hacían brillar las miradas, más aún que las mismas estrellas que adornaban nuestro cielo de ensueño, nuestro universo, como un oasis en un paraíso perdido, que habíamos encontrado juntos…
Pero poco a poco, nos convertimos en dos almas de fuego y de hielo que queman por igual, con gestos o palabras  que siguen sangrándome el alma y mis días. Siento que nada es suficiente, nada es valorado, y  me duelen más las heridas que me hacen tus desprecios, que las que llevo en la carne…Mis ojos se nublan en el atardecer de mi invierno triste, llanto y penumbras azotan mis horas vacías de ti…Sombras que se agigantan sobre mi espalda, me devoran el corazón, que ofrendaste a la salud de tus ásperas palabras y tus silencios… Tan callado y tan quieto…Tan lleno de miedo, paralizado sobre tus pies, con las palabras postradas en tu abismo de incertidumbres y tus labios mudos, con tu alma entumecida de sufrimiento, del que sigo cargando una cruz que no me pertenece y pagando errores y  ofensas ajenas…Latigazos de tus silencios, de tu ausencia, de tu hastío, de tu miedo a amar y ser amado… Porque sé, que aunque es sigiloso el rastro de tinta de las cadenas que aún arrastras, siento el crujir de sus eslabones rastreros, como un ruido que me quiebra los huesos, lo siento con mi alma, con mis sentidos despiertos, aunque parezcan silentes y dormidos… Y sufro, sola y en una amarga y despoblada tierra sobre la cuál escribo, con la sangre de mis lágrimas, de un rojo mar de quebranto, que me ahoga la voz y me aprieta fuerte la garganta y mi pecho, como si mi corazón quisiera volverse roca inerte para no sentir…Tu garra de acero rasgándome la vida una vez más, y yo, implorando por una piedad que nunca llega…¿Maldición?, ¿hechicería?, ¡qué es esto!...¿Qué precio tan alto estoy pagando por amar? ¡Injusticia! ¡No hay clemencia para mí!... ¡No hay ángeles que consuelen mi llanto! Porque fueron aniquilados en pleno vuelo, cuando acudían a mi llamado, desmembrados por tu espada de silencio... No hay ruego, ni conjuro que me quite  mi dolor enmudecido…No hay lucero que ilumine mi ventanal oscuro en ésta noche de almas frías… Solo silencios y tristeza… Solo silencios y soledad…

†Selene Luna Aeterna†
Derechos Reservados- 22/07/2012

2 comentarios:

  1. Que bello escrito! me encanto! c: y espero y puedas leer mi mas reciente poema c:

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    1. Gracias querido amigo. Sin dudas pasaré por tu espacio a tales fines. Desde Buenos Aires te mando unas bellas y eternas lunas ^♥^. Selene Luna Aeterna.

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